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Dec 01, 2023

3 formas en que la tecnología puede reducir su huella ambiental

Imagen de David Bruyland en Pixabay

La tecnología nos facilita la vida de muchas maneras, desde agilizar nuestras actividades diarias hasta ofrecer accesibilidad móvil que nos permite trabajar y jugar sobre la marcha. A medida que la tecnología sigue evolucionando, también ayuda a los gobiernos, las empresas y las personas a reducir su impacto en el medio ambiente. Desde la reducción de desechos hasta la mejora de la eficiencia energética, estas son solo tres formas en que la tecnología está haciendo que nuestras vidas sean más ecológicas y reduciendo nuestra huella ambiental.

La tarjeta SIM tradicional utilizada en un dispositivo móvil consiste en una tarjeta de plástico con un chip de circuito integrado de silicio. Si bien el borde de plástico se ha reducido a lo largo de los años, todavía existe el problema de qué hacer con las tarjetas SIM no deseadas y el embalaje. Un desarrollo reciente es el módulo de identidad del suscriptor integrado (eSIM). Los fabricantes de teléfonos producen cada vez más dispositivos con estas eSIM regrabables y no extraíbles, que los usuarios pueden activar mediante un código QR. Una aplicación es para personas que viajan al extranjero, que pueden comprar una eSIM para Europa o una para otras regiones y países individuales, lo que les permite acceder a datos móviles y evitar cargos por roaming.

Como la tecnología aún es relativamente nueva, la mayoría de los dispositivos con compatibilidad con eSIM también tendrán una ranura para una SIM física. Sin embargo, la adopción generalizada de eSIM tiene el potencial de eliminar eventualmente la necesidad de una SIM física y reducir la cantidad de desechos plásticos producidos. En la actualidad, se fabrican alrededor de 4500 millones de tarjetas SIM al año, pero se estima que para fines de la década, en todo el mundo, 6700 millones de conexiones de teléfonos inteligentes estarán habilitadas para eSIM, lo que equivale al 76 % de todas esas conexiones.

Entre sus muchas otras aplicaciones, la inteligencia artificial (IA) tiene un papel importante que desempeñar en la sostenibilidad y la mitigación de los impactos del cambio climático. Este papel se extiende a empresas, gobiernos e individuos. En la escala más grande, la IA puede ayudar con funciones como la planificación urbana, el pronóstico del tiempo y el monitoreo de la calidad del aire, todo lo cual puede conducir a mejoras generalizadas. La aplicación de IA a las imágenes satelitales también puede ayudar a los científicos al proporcionar capacidades predictivas y ofrecer la posibilidad de analizar conjuntos de datos complejos. Esto les permite modelar posibles escenarios futuros y comprender lo que está sucediendo en tiempo real.

A nivel individual, la IA puede ayudarnos a tomar decisiones más sostenibles y a reducir nuestra huella ambiental. Una forma de hacerlo es mediante el seguimiento de las emisiones de carbono personales a través de un sitio web o una aplicación. Por ejemplo, el rastreador puede rastrear datos de GPS de teléfonos inteligentes y dispositivos inteligentes para recopilar información sobre el transporte y el uso de energía del usuario. También puede rastrear la generación de desechos y el consumo de alimentos. Al aprovechar estos datos y aplicar algoritmos de IA, los usuarios pueden obtener información en tiempo real sobre sus actividades diarias y recibir consejos sobre cómo pueden reducir sus emisiones de carbono. El objetivo general es promover comportamientos sostenibles y opciones ecológicas. Los datos también se pueden agrupar para proporcionar una instantánea de la huella de carbono de una población, lo que ayuda a dar forma a la política pública.

Además de ofrecer comodidad, la tecnología de hogares inteligentes está diseñada para ayudar a las personas a mejorar la eficiencia energética de sus propiedades. Los termostatos y electrodomésticos inteligentes están conectados a Internet a través de Wi-Fi o Bluetooth y se pueden controlar a través de una aplicación. Esto significa que los usuarios pueden, por ejemplo, encender la calefacción justo antes de llegar a casa o apagarla de forma remota si se olvidan de hacerlo antes de irse al trabajo por la mañana. Además, al instalar medidores inteligentes, los usuarios pueden monitorear continuamente su uso de energía y hacer ajustes que pueden ahorrarles dinero en sus facturas, además de ser más ecológicos. Por ejemplo, el contador inteligente puede indicar el mejor momento para hacer funcionar la lavadora para aprovechar las tarifas eléctricas más bajas.

La tecnología inteligente se está incorporando en todas las áreas del hogar, como la detección inteligente de fugas que puede ahorrar el desperdicio de agua y los enchufes inteligentes que tienen como objetivo alentar a las personas a dejar sus electrodomésticos en modo de espera. También hay bombillas inteligentes y sistemas de iluminación que ofrecen funciones de ahorro de energía y control basado en aplicaciones. Además de la evolución de la IA, el desarrollo del Internet de las cosas solo acelerará el cambio hacia el hogar inteligente.

A medida que más organizaciones se comprometen a reducir los desechos y alcanzar emisiones netas de carbono cero en sus operaciones, recurren a tecnologías que respaldan su camino hacia la sostenibilidad. Asimismo, en el mercado de consumo existe una demanda de productos y soluciones que ayuden a las personas a reducir su huella ambiental. Todo esto significa que podemos esperar ver un mayor desarrollo de la tecnología con un enfoque más ecológico.

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